miércoles, 14 de abril de 2021

In Memoriam. Recordatorio diario de víctimas del terrorismo. "No olvidar lo inolvidable" (Gabriel Moris, ✞)

 

In Memoriam.

Recordatorio diario de víctimas del terrorismo.

"No olvidar lo inolvidable" (Gabriel Moris, )


 Hoy, miércoles, 14 de abril de 2021, recordamos:

 


 

Tres asesinatos el mismo día

y el calvario judicial de la familia Latiegui

 

El día 14 de abril de 1981 la banda terrorista comete tres atentados, a diferentes horas y en diferentes localidades, que provocan tres nuevas víctimas mortales.

En torno a las 9:30 horas es asesinado a tiros en San Sebastián el teniente de Infantería retirado OSWALDO JOSÉ RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ. A las 10:45, en Basauri (Vizcaya), la banda terrorista tirotea al teniente coronel retirado de la Guardia Civil LUIS CADARSO SAN JUAN. Para terminar la sangrienta jornada, a primera hora de la tarde un etarra asesina de un tiro en la nuca en Usurbil (Guipúzcoa) a JOSÉ MARÍA LATIEGUI BALMASEDA, director de la empresa Moulinex.

Entre las nueve y media y las diez de la mañana Oswaldo Rodríguez Fernández es tiroteado cuando se disponía a entrar en el portal de la sede del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) en San Sebastián, donde trabajaba como administrativo en materias relacionadas con la asistencia sanitaria a huérfanos y viudas de militares.

Fue interceptado en el descansillo anterior al primer piso del edificio por pistoleros de la banda terrorista, que le dispararon a pocos metros y se dieron a la fuga. El militar fue alcanzado en la cabeza por dos proyectiles, que penetraron por la mandíbula y salieron por la parte posterior del cráneo, destrozándole la cabeza. Otra bala quedó alojada en el cuello. El teniente Rodríguez Fernández falleció en el acto y su cadáver quedó tendido sobre la escalera.

Por este atentado fueron condenados como autores materiales Jesús María Zabarte Arregui, en 1985, e Ignacio Erro Zazu, en 1988. Este mismo año fue condenado, como cómplice, Juan José Iradi Lizarazu.

Oswaldo José Rodríguez Fernández, teniente de Infantería retirado, iba a cumplir 60 años el 1 de junio. Destinado en San Sebastián desde marzo de 1974, residía en unos bloques de viviendas militares del barrio de Loyola, en la capital guipuzcoana. Había pasado a la situación de reserva seis años antes de su asesinato, cuando se encontraba destinado en el cuartel general de la Brigada de Montaña número 61, con sede en el Gobierno Militar de Guipúzcoa. Más tarde pasó a prestar servicio como administrativo contratado en la Delegación Provincial del ISFAS. Era natural de Rairiz (Lugo), viudo y padre de tres hijos. Su nombre había aparecido en listas de posibles objetivos de ETA, aunque no le había dado importancia, según informó uno de sus hijos.

 

Una hora y media después del asesinato en San Sebastián del teniente del Ejército Oswaldo Rodríguez, tres etarras asesinaban a tiros en la localidad vizcaína de Basauri a Luis Cadarso San Juan, teniente coronel retirado de la Guardia Civil.

En torno a las once de la mañana, el teniente coronel retirado había salido de su domicilio, situado en la Plaza de España. Se dirigió andando hacia una peluquería situada en la calle Nagusia, que hacía también las veces de despacho de quinielas. Un empleado del establecimiento, del que era cliente la víctima, le comentó que habían matado a un teniente retirado del Ejército en San Sebastián. "Así es la vida: un día les toca a unos y cualquier día nos puede tocar a otros", comentó Luis Cadarso, mientras rellenaba un boleto de ocho apuestas.

Minutos después se dirigió por la calle Nagusia a un quiosco situado en el cruce de la citada calle con la de Autonomía. A escasos metros del mismo se le acercaron dos hombres y una mujer que le dispararon a bocajarro cuatro tiros de pistola, alcanzándole dos de ellos en el corazón y en la sien. Murió en el acto.

Luis Cadarso San Juan había nacido en Vitoria en 1917, por lo que tenía 64 años en el momento en que fue asesinado. Había abandonado el servicio activo en 1975, tras ocupar durante varios años el cargo de segundo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Vizcaya, en el cuartel de La Salve de Bilbao. Retirado con el empleo de teniente coronel honorario de la Guardia Civil, vivía desde hacía años en Basauri. Estaba casado y tenía tres hijos.

 

La sangrienta jornada del 14 de abril de 1981 la culminó ETA a primera hora de la tarde asesinando en la localidad guipuzcoana de Usurbil al director de producción de la empresa Moulinex, José María Latiegui Balmaseda.

Tras terminar su jornada laboral, en torno a las tres de la tarde, José María se dirigía con un compañero hacia su automóvil, estacionado en un taller contiguo a la fábrica, para regresar a San Sebastián. En ese momento un etarra de los Comandos Autónomos Anticapitalistas se le acercó y le disparó en la sien un único proyectil. A continuación, se montó en un vehículo conducido por un segundo terrorista, y se dio a la fuga. La impresión de la policía es que el disparo que acabó con la vida de José María fue efectuado con un revólver, ya que no se encontró ningún casquillo en el lugar de los hechos.

José María murió en la ambulancia de la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) que le trasladaba a la residencia sanitaria de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu.

El proceso contra los asesinos de Latiegui, que ha durado casi tres décadas, es un ejemplo palmario del calvario judicial que han tenido que soportar los familiares de las víctimas de ETA. Como dijo su viuda, Ramona Garrido, durante el juicio contra el etarra Capullo en 2010, es como si les mataran dos veces.

Este juicio tuvo cierta repercusión en los medios de comunicación porque el juez Gómez Bermúdez expulsó de la sala a la viuda y a una hija de José María por tener la osadía de pedir justicia.

Su madre indicó a los medios de comunicación que se siente "ninguneada" porque, según dijo, el etarra fue extraditado por Francia para ser juzgado, entre otros hechos, por el asesinato de su marido. "Nos han tratado como si fuéramos una porquería, nos han tratado mal, dándonos golpecitos en la espalda, ignorándonos, mareándonos de un sitio a otro".

Ramona y Amai, como tantas y tantas víctimas de ETA, han renunciado a tomarse la justicia por su mano. Como tantas y tantas víctimas, sólo reclaman memoria, dignidad y justicia para sus muertos, algo que no se ha hecho con José María Latiegui. Que un asesinato con cinco implicados se salde con la condena a 12 años de dos de ellos, evidentemente no es justicia.

Nacido en San Sebastián, donde estudió peritaje industrial, José María Latiegui Balmaseda tenía 40 años. Estaba casado con Ramona Garrido y tenía dos hijos, un chico de catorce años y una niña de nueve, Amai, que estudiaban en ikastolas de la capital guipuzcoana.

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Para ampliar, activar el enlace a la fuente.

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Jamás fue investigada la banda narcoterrorista E.T.A. por el supuesto delito de narcotráfico, pese a contar con indicios probatorios suficientes para ello. Tampoco por el de genocidio, tras más de 850 asesinatos de guardias civiles, policías, militares, jueces, funcionarios de prisiones, empresarios, periodistas y demás vecinos que no comulgaran con sus postulados secesionistas Y CONSEGUIR LA EXPATRIACIÓN DE MÁS DE TRESCIENTOS MIL VECINOS DE VASCONGADAS, una buena parte de la población de esta región al inicio de su actividad de la banda.

El delito de genocidio es, por su propia naturaleza,

 

- I M P R E S C R I P T I B L E –

RESPONSO

Requiem æternam dona eis, Domine

Et lux perpetua luceat eis.

Pater noster qui es in cælis

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Sed libera nos a malo.

Amen.

Requiescat in pace.

Amen.

*Fuente: In memoriam. Libertad Digital.